🚚 Envío gratuito en pedidos superiores a 99EUR

Lectura semanal

8 de septiembre - 14 de septiembre

Cita para reflexionar esta semana

“La fe en la resurrección de Jesús dice que hay un futuro para cada ser humano; el grito de vida sin fin que es parte de la persona es realmente respondido. Dios existe: ese es el verdadero mensaje de la Pascua. Cualquiera que comience a comprender lo que esto significa también sabe lo que significa ser redimido”.

Papa Benedicto XVI

Ofrenda de la mañana

Oh Jesús, por el Inmaculado Corazón de María
Os ofrezco mis oraciones, obras, alegrías y sufrimientos de este día
por todas las intenciones de tu Sagrado Corazón
en unión con el Santo Sacrificio de la Misa en todo el mundo,
para la salvación de las almas, la reparación de los pecados, la reunión de todos los cristianos,
y en particular por las intenciones del Santo Padre este mes.
Amén.

Artículos que le pueden interesar

Lectura de la semana

¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tenernos compasión? Y me pongo a pensar: «Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo». Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño. Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas.

Salmo 77:9-12

Oración de la semana

Señor Dios, nuestro Padre que estás en el cielo, nos volvemos a ti en estos tiempos que vivimos bajo intenso estrés y muchas tentaciones. Permite que tu luz resplandezca en nuestros corazones para darnos firmeza, paciencia y perseverancia en todo momento de prueba, sin importar el tiempo que dure. Tu mano puede cambiar todo. Tu mano puede acortar el tiempo que debemos esperar, hasta que tu luz alumbre sobre las tinieblas de la muerte y la maldad, hasta que tu luz manifieste tu vida, a tus hijos y al mundo entero. Tú eres nuestro Dios y Padre como nos has prometido, y, permaneciendo a tu lado, esperamos en ti con fe y confianza. Tú harás realidad la bondad, justicia y misericordia como lo has prometido y así cumplirás tu voluntad. Amén.

Lecturas de Hoy

XXIII Domingo ordinario

Primera lectura

Is 35, 4-7a


Esto dice el Señor:
"Digan a los de corazón apocado:
'¡Animo! No teman.
He aquí que su Dios,
vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos'.

Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos
y los oídos de los sordos se abrirán.
Saltará como un venado el cojo
y la lengua del mudo cantará.

Brotarán aguas en el desierto
y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque
y la tierra seca, en manantial".

Salmo Responsorial

Salmo 145, 7. 8-9a. 9bc-10


R. (1) Alaba, alma mía, al Señor.
El Señor siempre es fiel a su palabra,
y es quien hace justicia al oprimido;
él proporciona pan a los hambrientos
y libera al cautivo.
R. Alaba, alma mía, al Señor.
Abre el Señor los ojos de los ciegos
y alivia al agobiado.
Ama el Señor al hombre justo
y toma al forastero a su cuidado.
R. Alaba, alma mía, al Señor.
A la viuda y la huérfano sustenta
y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente,
reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.
R. Alaba, alma mía, al Señor.

Segunda lectura

Sant 2, 1-5


Hermanos: Puesto que ustedes tienen fe en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no tengan favoritismos. Supongamos que entran al mismo tiempo en su reunión un hombre con un anillo de oro, lujosamente vestido, y un pobre andrajoso, y que fijan ustedes la mirada en el que lleva el traje elegante y le dicen: "Tú, siéntate aquí, cómodamente". En cambio, le dicen al pobre: "Tú, párate allá o siéntate aquí en el suelo, a mis pies". ¿No es esto tener favoritismos y juzgar con criterios torcidos?

Queridos hermanos, ¿acaso no ha elegido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman?

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mt 4, 23


R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino
y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo.
R. Aleluya.

Evangelio

Mc 7, 31-37


En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!" (que quiere decir "¡Abrete!"). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: "¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos".

Este devocional gratuito fue presentado por:

Loja Esperança
Imágenes Rosarios Joyería Regalos
Imágenes Rosarios
Joyería Regalos

Hecho a mano en Fátima - Entregado en todo el mundo